Este bocata de por sí es una delicia, y a Letrado le sale de miedo... No pudimos resistirnos a pedirle que nos lo hiciera. Nos chupamos los dedos hasta el codo, que bueno xe!
El otro día fue un poco asco para Frike, así que para darle una alegría, hice lo que estaba en mi mano: cocinar (funcionó). La tempura no es especialmente difícil de hacer, pero sí que puede resultar un poco laboriosa. Resérvala para ocasiones especiales o para días en los que tengas tiempo y ganas de darte (o darle a alguien) un homenaje.
El otro día tenía fiebre. Mucha, mucha fiebre. Me dolía la vida entera. Y no tenía nada de hambre, ni mucho menos ganas de cocinar... Un drama! Pero, como siempre me dice Salva (mi súper nutricionista), "para perder hay que comer". Así que había que cumplir con la dieta. Y la dieta decía que tocaba pasta o arroz con verduras. Y de ahí surgió la receta.
Lo qué? Serán patatas bravas... Pues no, porque no debo comer patatas de momento. Pero berenjenas sí, y el que no se contenta es porque no quiere. Arsa!
El jueves fuimos a ver Los odiosos 8, lo cual implica cenar en La Sureña. Y en La Sureña SIEMPRE me pido los chopitos, que me chiflan. Pero allí los hacen rebozados y fritos... Que están que te mueres, pero no son compatibles con mi dieta. Así que para poder seguir comiéndolos y ser feliz, esta versión es súper light. Y muy resultona.
Que no, no me he comido el tigre y las carnes morenas de mi compi de piso. Esque al muchacho no le pueden gustar más los garbanzos hechos así, y de vez en cuando me pone ojitos de Gato con Botas para que se los haga. Y yo encantada, porque encima de barato, es más fácil que el mear.
Los pimientos rellenos son una receta genial para cuando tienes invitados. O para darte un homenaje, qué narices! Puede parecer algo difícil, pero de verdad que cuesta más que de pensar que de hacer.
Esta receta es más fácil que el mear y a todo el mundo le gusta. De verdad de la buena. Y no puede ser más barata. Y como la puedes ir variando a tu gusto, no te tienes que ansiar a medir cantidades ni nada.
A ver, el pesto está súper bueno, pero es caro que te mueres por culpa de los piñones. Y el de bote, como no lo truques con mil cosas, sabe demasiado fuerte. Esta es la versión barateta pero resultona.