
Ingredientes:
- Cola de caballo
- Diente de león
- Té verde
- Abedul
- Boldo
- Agua
Qué te hace falta:
- Una herboristería
- Un cuenco grande
- Una maza, o una picadora
- Un bote grande para guardarla
- Infusionador y taza
Cómo se hace:
- Ves al herbolario (o bruja del mar) de turno, y llévate una bolsa de cada una de las hierbas.
- Las que son hojas (como el boldo), o son muy grandes, las chafas en el cuenco con una maza, o las picas en la picadora, porque sino no te cabrán en el infusionador.
- Una vez picadas todas, las echas en el bol, junto a las demás.
- Las remueves mucho y te aseguras de que las has mezclado todas bien.
- Una vez hecha la mezcla, la metes con cuidado en el bote grande.
- Pon agua a hervir, y viértela en una taza.
- Pon un poco de mezcla en tu infusionador, y échalo en el agua hirviendo.
- Deja que el agua se transforme en pócima.
Como a mí no me gustan NADA las infusiones (pero nada de nada, ninguna, y mira que he probado...), no me pongo azúcar ni sacarina, y me la bebo de trago como si fuese el Efferelgan de la regla. Es una mezcla de asco y arduos deseos de eficacia en mi cuerpo. A los 10 minutos, no te separarás del váter. Los chorros serán supremos, yo aviso. Se lo dije a Salva, mi nutricionista, y su opinión fue... Que se fue al herbolario y ahora se la toma él también jajajaja
Queridos compañeros de la retención de líquidos: esta infusión es vuestra gran amiga! (No tomar más de 3 al día, como con cualquier diurético, no hagáis tonterías con estas cosas o la liaréis muy parda).
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